Golpe tras golpe.

Aprender a vivir de los errores.
Caminar por las calles ya pisadas, una y mil veces,
recordando cada esquina, cada acera,
sabiendo que tu caíste.
Escribiendo en cada verso
Una palabra;
Escrita en clave para los que te leen,
que nadie sepa cuales fueron
los auténticos errores,
los que te clavan el costado con hieles.
Que nadie sepa,
de donde salió la lanza que atraviesa tu corazón
una y mil veces.
He acabado hoy aquí dándole al coco,
pensando en porque estoy ¿donde estoy ahora?
Que más da
si todo lo que sube
baja poco a poco, por las farolas.
Enciende tu corazón que hoy hay buena música,
pelea una y mil veces por mantenerte en pie
y recuerda que la calle volverá a ser de nuevo,
la que te vea caer, pero no es eso lo peor,
lo peor es que cuando salgas de nuevo,
tendrás que caminar con la cabeza alta
para no ver en el suelo la marca de tus sesos.
Esos que te pisaron anoche
esos que te dejaste pisar
pues ya sabes que la historia la cuentan los libros
y esta no la van a contar;
¡anda, ponte las gafas que el sol no te vea llorar!
cubre tu cabeza con el viejo sombrero,
de tristeza y soledad, jeje, y
ríete de ellos, porque si te vuelven buscar
sabes que volverás a ser tan boba
que de frente y siendo solo una,
Tu frente les harás.
Se tu misma siempre
que eso no te dolerá más,
que ver las caras de los que creen que son más auténticos
por hablar mas alto y no dejar hablar.